Hay algo que tanto el policía que encarna Morgan Freeman, el asesino de Seven y yo tenemos en común, y es que la realidad estadounidense que refleja la película, así como el ser humano es una mierda.
Lo que ocurre es que cada uno de nosotros tenemos diferentes marcos de pensamiento. Según el teniente policía, la razón se encuentra en la apatía de la gente. Según John Dow, es porque se han alejado de la moral marcada de las escrituras y por eso, hemos perdido el acceso al paraíso y vivimos en un infierno. Yo, en cambio, pienso que la culpa la tiene el sistema económico y social de los EEUU.
Me sorprenden dos cosas al ver de nuevo la película.
La primera es la creación de un personaje incorpóreo pero con alma llamado LA CIUDAD, que parece ser el responsable de tanta desigualdad, injusticia y de la perversión de la condición humana.
La segunda es que esta ciudad es pobre, sucia y fea. Y gris, muy gris. Del mismo color que intencionadamente, muy intencionadamente, repito e insisto, CON TODA LA INTENCIÓN DEL MUNDO, Steven Spielberg reflejaba el mundo comunista, para oponerlo al colorido y brillante mundo capitalista.
Pero ‘oh’, parece que cuando en Instagram dicen que el socialismo y el comunismo solamente ha traído miseria al mundo se estuvieran refiriendo a esta ciudad sucia, muy sucia, gris, muy gris, fea, muy fea, y asesina, donde un señor que paseaba a su perro es asaltado y apuñalado en los ojos. ¿Por qué? Se pregunta el personaje de Morgan Freeman, y eso digo yo, ¿por qué?
Realmente, ¿es el ser humano incapaz de crear una sociedad y un sistema donde nadie se vea en la necesidad de tener que atracar a nadie y de apuñalarle los ojos para que no los identifiquen?
Matar por dinero dejará de ser un problema cuando el dinero deje de serlo. Cuando no tengamos la necesidad constante, la presión constante, la espada de Damocles constante de tener que conseguir dinero para acceder a los recursos, y cuanto más dinero, más recursos. ¿Quién ha inventado este sistema? Y por otro lado, ¿quién puede estar de acuerdo con él?