Hay un runrún supremo, una mosca gorda y azulada, que incluso ya súper osada, se posa sobre el lóbulo de nuestra oreja, para advertirnos de algo que tú y yo sabemos, y es que el hecho de que el señor O. no esté en la cárcel, y ni siquiera le hayan retirado el pasaporte es tan escandaloso, tan flamante, que es casi inevitable empezar a inferir otro nivel de interpretación.

Antes de seguir, un pequeño inciso, porque reventamos si no decimos que ‘por menos de ná” detuvieron a Francisco Medina, por una muestra de ADN en unas toallas limpias, perfectamente lavadas y colocadas, blancas como el culo blanco de aquel del que decían que se lo lavaba con Ariel.

Y, por contraste, tenemos aquí a un señor en cuyo chalet, según afirman hoy los medios de desinformación, han encontrado restos de sangre, y aún todavía no se han tomado medidas contra él.

¿Qué está pasando aquí? ¿Qué nos estamos perdiendo?

Para colmo de los colmos, el señor O. acude a declarar ante la juez, y usa expresiones, (un poco cuñadas a nuestro parecer) del tipo: No me lo explico, o la policía miente, o no sé poner el móvil en modo avión.

A priori, podríamos decir, oiga, señor, que no es la Guardia Civil la que afirma, es la inteligencia artificial la que lo certifica, sí, la tecnología, y a día de hoy, por muy modernos que seamos, todavía no hay IA sobre la faz de la tierra que mienta como el ordenador de Odisea 2001.

Pero

Pero

PERO

¿No estaremos pecando de soberbia y de prepotencia intelectual? ¿No estaremos subestimando a este señor de provincias de estudios medios y uso popular del lenguaje? Y lo que es más inquietante, ¿no estaremos subestimando a la policía?

Desde hace tiempo, se viene ya constatando un matrimonio de amor entre el cuarto poder y fuerzas de seguridad del estado. De buenas a primeras, el sumario, salvo una parte, que dicen que constituye un 3% del mismo, está en manos de todos los medios, y ya toda España lo conoce y todo dios ha hecho dinero con esta información. Sobretodo aquellos que viven del tráfico.

Raro, ¿no?

Hace un par de entradas, dijimos que lo ideal, lo bonito y lo chévere sería que este fuera un crimen burgués y pasional, como el 90% de los crímenes de hombres contra mujeres, pero ahora, que la mosca se va haciendo cada vez más grande, hasta convertirse en el escarabajo feo y peludo de Gregorio Samsa, en la Metamorfosis de Kafka, ya estamos empezando a pensar en estas técnicas de pesca donde el pez pequeño es un cebo para cazar al pez gordo, gordo y supremo, como lo era Gregorio Samsa después de metamorfosearse sin ningún glamour, 6000 años después de la metamorfosis de Dafne. (Léase la primera parte de Tempohistoriadores o La Historia Invisible de la Humanidad, para entender la referencia).

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