¿Tan, tan, tan, tan difícil es no publicar una información cuando no está contrastada y no se sabe a ciencia cierta? ¿Por qué los 80.000 han pasado a ser 20.000 y el señor Edwin Arrieta ha pasado de ser un potentado cirujano colombiano a una persona que vivía del crédito y del alquiler?

Si bien es cierto que el móvil, al menos en la justicia española, no es relevante para establecer la culpabilidad de un asesinato (algo que se nos repitió por activa o por pasiva en el caso Asunta), no estaría de más, poner ‘en contexto’ el crimen, y si no se puede porque no se puede, al menos, respetar las leyes de la Unión Europea en lo que se refiere al derecho de la información.

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