Terrorismo y prisiones (2): notas

—En verdad, hasta hace bien poco, existía muy poco estado de la cuestión, esto es, muy poca evidencia y muy pocos estudios, sobre los procesos de radicalización en las cárceles.

—Una de las razones por las que esto es así es porque es un fenómeno sociológico difícil de medir desde un punto de vista científico.

—La radicalización en las cárceles pueden ser causados por fenómenos estructurales o individuales.

—Cuando una persona entra en prisión, que es un entorno hostil, de lo primero que necesita dotarse es de una identidad, con la que pueda integrarse en un colectivo de protección.

—La mala gestión de las instituciones penitenciarias, por ejemplo, el maltrato a los prisioneros, pueden originar estas dinámicas de radicalización, contra el sistema.

—La radicalización también puede venir provocada por una falta de perspectiva.

—A partir de los atentados de París, en 2015, se generan a nivel europeo unos estándares en torno al terrorismo, entre los cuales, está el de concebirlo como un proceso con estas etapas:

radicalización –> extremismo violento –> atentado

—Es a partir de aquí que el Consejo de Europa pone en su punto de mira a las cárceles.

—Otra de las novedades es que se supera el yihadismo, y se toma como referencia un marco más amplio, que incluye cualquier tipo de radicalización por ideología.

—En el nuevo modelo, se adoptan dos estrategias.

a) Grupo A: a los condenados por terrorismo se les aplicará prisión permanente revisable. Será la Audiencia Nacional quien se encargue de juzgar este tipo de delitos.

b) Grupo B: dentro de los prisioneros por otros delitos, se tratará de identificar a aquellos que sean susceptibles de radicalización.

No hay ninguna ley que recoja la aplicación de este modelo a las instituciones penitenciarias. Aún así, estas, que no tienen poder normativo, han elaborado sus propias instrucciones, que por motivos de seguridad, mantienen en el terreno de la confidencialidad.

En el 2016, se establece un programa marco para la radicalización, el cual tiene una parte confidencial.

Estas zonas confidenciales son, por una parte, necesarias, de cara a la seguridad; pero por otra, impiden el control de la legalidad.

Ahora, este marco del 2016 está sometido a revisión. Uno de los conceptos novedosos en esta nueva formulación es el de tratar de comprender cómo funciona el riesgo, sobre todo, están preocupados sobre cómo evaluarlo.

El programa anterior estaba dividido en tres fases.

En la primera, se trataba de identificar individuos potencialmente radicales a partir de la observación y análisis de su rutina. Esta información se refleja en un fichero especial de seguimiento.

En una segunda fase, está el seguimiento de los individuos que ya están en riesgo y que han identificado, por ejemplo, por cosas como el cambio de sus rutinas.

[A partir de aquí, se toman una serie de medidas que no vamos a publicar aquí.]