En la puerta del Sol, una vez a la semana, que depende del día y de la hora, un viejo señor hace círculos concéntricos con una bandera republicana. Lleva tantos años allí, que ya forma parte del paisaje. Defenderá, supongo yo, este señor, que todos tenemos la sangre del mismo color, y que el sudor de su frente no se conviertan en el presupuesto anual de la corona. No obstante, resulta bastante paradójico que los intentos de desestabilizar a la…