el crimen de Asunta
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EL CRIMEN DE YONG FANG: Las manos de Alfonso
Fiscal: esa es la mano de usted? Alfonso: Sí, seguramente, sí, evidentemente. Y mientras dice eso, mete las manos debajo de sus muslos, piernas hacia atrás, pies para dentro, cuepor superior para adelante. Hay algo indecible, inefable, un olor extraño en Alfonso, que se oculta bajo un uso del lenguaje arcaico y redomado, unas gafas de intelectual, una fachada de tío serio y respetable. Tod@s hemos escuchado a Alfonso llorar en el calabozo, tras la marcha de Rosario a declarar…
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EL CRIMEN DE YONG FANG: Los repugnantes gustos de él
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EL CRIMEN DE YONG FANG: Mi vida fue un error
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EL CRIMEN DE YONG FANG: Gracias por el cinturón
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EL CRIMEN DE YONG FANG: El tabú
Estando yo escribiendo un libro de cuyo nombre ahora no quiero acordarme, la caja parlante se puso a hablar del caso Asunta, en sus imágenes, una mujer vestida de negro, muy acongojada, lloraba sentada y encogida en la silla de una sala judicial delante de un micrófono. Poco a poco, la voz en off contaba una historia increíble llena de incoherencias, y las palabras de Yong Fang, y su grito de auxilio, se me fueron metiendo en el cuerpo, creando…
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EL CRIMEN DE YONG FANG: Asunta enmadejada
El buen detective es aquel que sabe de todo, debe leer, al menos, un libro a la semana, de todas las disciplinas, porque tarde o temprano, se va a encontrar lo que ya hemos mencionado en alguna ocasión, y que hemos denominado ‘los callejones sin salida’, ese punto muerto donde las pistas no conducen a otras, y con el que el investigador siente el mismo vértigo que el escritor con la página en blanco. Y es también que, como el…