Al menos, existen dos tipos de investigadores, ambos igualmente necesarios. Los primeros olfatean las pruebas, con un sentido casi perruno, con un sexto instinto, de forma impacable y casi absurda e irracional. Los segundos se obsesionan con los detalles, y es esta neurosis la que les lleva a aflorar lo que yo llamo ‘la información oscura’; eso que en metáfora vulgar hace referencia a toda ese montón de mierda que va subiendo y subiendo de tamaño, volumen y densidad hasta…