NOTAS TRABAJO CAMBRILS II


REFLEXIÓN SOBRE LA TERCERA OLA DE TERRORISMO

Mientras que el terrorismo de segunda ola, como por ejemplo, el ejercido por ETA en los primeros años, apunta a objetivos políticos, el terrorismo contra la población civil evidencia una guerra librada desde la posición del débil, ya que no tienen recursos suficientes para librar una guerra de forma convencional, y, por lo tanto, sus acciones, aunque tenga gran alcance, en el fondo, matar indiscriminadamente, es igual que matar por la espalda, es un terrorismo de pobres contra pobres de otros países, que no pueden ejercer el derecho de defensa; pobres a los que no se les ha preguntado, y por tanto, no han decidido por la situación de las personas que han decidido la vía violenta para defender sus ideales. Esto genera incomprensión y separación emocional entre terroristas y masacrados. Todos se sirven de los pobres para llevar a cabo sus objetivos, pero ninguno piensa en mejorar su situación, independientemente del país en el que vivan. El estado se ha visto impotente para proteger cada una de las vidas de sus ciudadanos, a pesar de que estos, en Europa les han cedido el monopolio de la violencia. Por tanto, el Estado no puede protegerlos a todos, de forma individualizada, en ningún país, ni tampoco les permite la autodefensa. Esta debilidad en la protección es aprovechada por los que quieren desestabilizar los estados. Y lo hacen matando en masa, de forma indiscriminada, a los ciudadanos que no pueden pagarse protección privada. González Cussac, página 116, en su artículo Servicios de inteligencia y contraterrorismo, afirma que ‘la policiía es una institución insuficiente para prevenir y neutralizar esta clase de amenazas devastadoras’.