—Doctor Roger, una semana después y nos volvemos a ver. ¿A quién le echamos la culpa ahora? ¿Al destino?
—Eso del destino es una cosa de antiguos.
—Sí, mejor le echamos la culpa al azar. Tengo aquí muchas casualidades que están deseando pasarse a la categoría de causalidades. Dos cadáveres, uno por semana. Ambos mueren en circunstancias violentas en su local. Y nadie sabe ni se entera de nada. Tenga aquí la orden de registro, en la que se pide explícitamente que se entreguen todos los vídeos que visionaron los clientes el día del suceso. También queremos el documento en el que los clientes explicaban claramente qué es lo que querían visualizar. Si no le importa, doctor Roger.
—Ok. No problem. No tengo nada que ocultar. Aquí tengo preparadas dos copias, quiere verlos aquí o espera verlos en su oficina.
—Póngalos, quiero verlos aquí. Estupendo.
—…
—Y, dígame, señor Roger, ¿qué le han parecido?
—Pederastia y violación.
—Y, dígame, doctorcito, ¿cómo es posible que, siendo ellos los que pidan en la fantasía ser los pederastas y los violadores, hayan muerto precisamente por heridas de violación?
—Bueno, yo allí ya no me puedo meter, es el cliente el que decide en qué punto de vista ponerse. Usted no puede controlar el punto de vista. El violado no ve lo mismo que el violador, aunque estén viviendo lo mismo. Con el casco virtual, puedes pasar en tu fantasía a ponerte en un punto de vista o el otro.
—¿Y usted, como científico, qué explicación le encuentra a esto? ¿Me va a decir que han somatizado la fantasía?
—No lo sé. No sé si una fantasía se puede somatizar, y si es así, esta sería la primera vez que lo veríamos.
—Le informo de que mañana vendrán a colocar cámaras en todas las habitaciones y que el FBI llevará un registro de los vídeos puestos en cada habitación.
—Muy bien, no me opongo a que encuentren el culpable, pero os advierto de que, como me pirateéis algo, se os cae el pelo.
—¿Piratear? ¿El FBI? Dios mío, qué he hecho yo para merecer esto. Madre mía. Usted es un espécimen. Además, no deja de sorprenderme el hecho de que se muestre siempre tan seguro, tan confiado. Estas dos personas formaron parte de su grupo de trabajo hace cinco años, ¿esto no le perturba lo más mínimo?
—Nada más lejos de la realidad. Al contrario, si le soy sincero, estoy muy contento. Muchas de mis compañeras de trabajo, cerebros privilegiados, tuvieron que irse del centro porque el uno las acosaba sexualmente y el otro las explotaba desde un punto de vista intelectual. Los catedráticos son intocables, y los burócratas de la universidad también. Sufrí mucho durante esa época; a mí, por ser hombre, solo me daban puñaladas por la espalda. Un día mi director de tesis se fue a Japón para presentar mis investigaciones como su fueran suyas. Esto es solo una de las múltiples injusticias que he tenido que aguantar. Por tanto, y en resumidas cuentas, yo estoy muy feliz de que estas personas hayan desaparecido de la faz de la tierra, y más feliz aún de que haya sido aquí en mi casa. Pero, insisto, yo no los he matado. El destino me está haciendo un regalo.
—Pero, ¿el destino no era, según usted, cosa de antiguos? ¿Usted cree que se han suicidado?
—No sé lo que estaban pensando, pueden haber muerto de placer o pueden haber muerto de dolor. Pero, en cierta manera, ellos se han muerto porque así lo han querido, nadie sino su pensamiento consciente es el que los ha matado.
—Quiero experimentar con ese programa.
—Bueno, necesita una invitación o, en su defecto, una orden judicial. Y luego, cuando la consiga, debe escribir qué es lo que quiere que le pongamos; ya que le va a salir gratis, debería elegir una experiencia sexual que anhele vivir.
—…
—Aproveche, mujer, no se corte.
—Tranquilo, familiaridades entre usted y yo, ninguna. Cualquier cosa me bastará.
—En el imaginario sexual, ¿qué es cualquier cosa? En este terreno, la normalidad va por categorías. Nuestro sistema de categorización de fantasías sexuales es mucho más amplio que el que se pueda encontrar en la red. En la páginas porno, usted encontrará etiquetas semánticas relacionadas con el escenario, por ejemplo, relaciones de poder, tipo secretaria-jefe; etiquetas relacionadas con la etnia (orientales, negros, blancos, etc.), la nacionalidad (franceses, brasileños, cubanos), el sexo (hombre-hombre, mujer-mujer, hombre-mujer…) y las actividades que hacen (sexo oral, anal, penetración vaginal, …). Estas etiquetas son las convencionales, nuestro sistema de categorización es más rico. Si quiere se lo explico, porque es muy interesante, me llevó dos años diseñar el modelo de anotación de vídeos. Es una mezcla entre folksonomía y antología.
—Perdone, perdone, esto no es una conferencia, no se emocione. Algo sencillito, rápido, un misionero.
—También tengo la fantasía del hueco con la sábana, por si quiere algo más casto aún.
—Esa me irá bien, gracias.
—De nada. En Kalifornia’s Dreaming, todo el mundo cumple su sueño.