La ocasión es quizás el elemento de la tríada MMyO más racional; aquí ya no está el corazón, aquí lo que reina es la razón, un instrumento de planificación, que depende en gran medida del coeficiente intelectual, pero también de la estructura mental, de los rasgos psicológicos (neuróticos, obsesivos, paranoicos…) y cómo no, del conocimiento especializado que cada uno tenga sobre las diferentes disciplinas del saber humano.
¿Acaso podría decirse sin caer en el más bajo de los sarcasmos que, en este caso, ‘la ocasión la pintaban calva’?
Veamos a ver.
Padre e hija son vilmente asesinados en un lapso de tiempo muy especial. Justo entre el final de un partido de fútbol que el padre había visto acompañado y la hora de salir a cenar a un restaurante pizzería en época de fiestas del pueblo. La niña acababa de llegar.
Este hecho despierta varias hipótesis:
- El asesino quería matar a ambos pero no conocía sus horarios, tuvo mucha suerte.
- El asesino quería matar a ambos, y conocía sus horarios, el crimen es extremadamente planificado. El conocimiento de ‘la ocasión’, le viene por una fuente oral o bien porque tenga la casa sometida a vigilancia tecnológica, a través de cámaras, micrófonos o teléfonos pinchados.
- El asesino sólo quería matar al padre, la niña fue un efecto colateral. Está lleno de ira, no es planificado, se la juega, como sea, es.
- El asesino lo hace en ese lapso de tiempo, arriesgándose a cómo pueda salir, pero sabiendo que tiene que estar en casa, porque esa ocasión es la que le da a él coartada, porque de cara a otros, está en otra parte.